Una historia de la vida real
Transcurría el mes de julio cuando conoció a quien poco después se convirtió en su mejor amigo. Inicialmente no se interesó mucho por establecer contacto con él, luego descubrió que no era tan malo como pensó y gracias a que tenían una amiga en común se acercaron. Su amistad se fortaleció a principio del año siguiente después de que sus amigas emprendieron nuevos proyectos y se fueron. Ella había quedado un poco sola y, ya que él también estaba solo, las circunstancias se prestaron para que estrecharan el lazo. Rápidamente su amistad creció, se trataba de una conexión que, por lo menos ella, no había experimentado antes. Pasaban mucho tiempo juntos y eso propició que creciera con prontitud la confianza entre ellos. Era una amistad muy bonita. Él, una persona muy valiosa. A primera vista ella supo que él era una persona sociable, trabajadora y decidida, pues alcanzaba cuanta meta se proponía. Una vez amigos, descubrió su sencillez y su sensibilidad. Luego, su lado detallista. Así pasó...