"¡Pensar diferente no es un delito!"


Es inconcebible ver que todos los que no estamos de acuerdo con las políticas de los gobiernos, sean locales o sea el nacional, seamos tachados de delincuentes de cuello blanco.

Resulta y pasa que en Colombia objetar en conciencia está prohibido puesto que se obstaculiza el derecho de otras personas a matar. ¡Así como lo leen! En Colombia está prohibida la objeción de conciencia personal e institucional. Personal porque, una persona que se declare impedida para practicar un aborto, por ejemplo, tiene la obligación de remitir a la persona que lo busca, a un médico que sí lo practique; e institucional porque no es permitido a ciertos centros de salud oponerse a ejecutar la misma práctica -un aborto- porque las instituciones no tienen conciencia.

Actualmente "se discute" (comillas porque en realidad no se discute, sino que se hacen los discuten) qué es el objeto social de las instituciones. Hay quienes no necesitan tener dos dedos de frente para concluir que el objeto social de las instituciones podría asemejarse a la "conciencia" puesto que éste fue determinado por seres humanos con conciencia que, al crear cierta sociedad, perseguían un fin determinado por sus conciencias.

También es mal visto que haya quienes consideremos que la celebración de un contrato entre dos hombres o dos mujeres, por medio del cual se originan obligaciones domésticas, no es un matrimonio. Estamos de acuerdo en que el aspecto económico deber ser regulado, ¡es cuestión de justicia!, pero este contrato no puede asemejarse a un contrato matrimonial, puesto que todo contrato tiene un fin, y el fin del contrato matrimonial es la protección de la prole y de la mujer.

Entonces, ¿existen los supuesto fundamentales para que un contrato matrimonial sea celebrado entre dos personas del mismo sexo? Parece que no, el principal obstáculo es que las parejas homosexuales están imposibilitadas para procrear, así los HH Magistrados de la Corte Constitucional consideren lo contrario, bien sea por convicción o respondiendo a la agenda política del país.

Ni que decir de las campañas que hacemos quienes estamos convencidos, con base científica, que racionalizar los impulsos nos hace más humanos: somos tachados de represivos. Cómo les parece que hace unos días me llevé una gran sorpresa escuchando Vibra Bogotá: se está promoviendo, en las emisoras juveniles, una campaña del Instituto Colombiano de Bienestar FamiliaR y el Ministerio de Protección Social en la que se incita a los jóvenes a tener una vida sexual activa a partir los 18 años, dando a entender la más grande mentira que jamás se halla oído: tener una vida sexual activa a temprana edad te hace autónomo, libre, maduro.

El sexo, dicen los que saben y han estudiado el tema, es una de las industrias más grandes del mundo. ¿No les parece el colmo que con el patrocinio de las instituciones los ciudadanos están siendo cosificados? Con el respaldo del Estado, los ciudadanos se están convirtiendo en medios para enriquecer a los empresarios más mentirosos de todo el mundo: los productores de métodos anticonceptivos.

No pasan cosas menos graves a nivel municipal: la Alcaldía de Bogotá, por ejemplo, está financiando el consumo de sustancias psicoactivas con los impuestos de los bogotanos, poniendo así en peligro la seguridad pública. Los médicos han hecho incontables estudios sobre los efectos que causa en el cuerpo humano el consumo de narcóticos y sus derivados; una persona que consume droga se ha puesto en condiciones de lesionar los derechos de terceros.

Sin embargo, en Colombia el delito no consiste en ponerse en condiciones de lesionar a otro sino en solicitar que se proteja el derecho de la sociedad a la seguridad pública. ¡Sí! En Colombia "todos" (comillas, porque en realidad sólo se limitan los derechos de las mayorías) los derechos tiene un límite, menos los "derechos" (comillas, porque eso que pretenden llamar derechos, son en realidad caprichos) de las minorías.

Y ¿qué decir de los opositores a los Diálogos de Paz con los delincuentes de las FARC? No nos bajan de enemigos de la paz, cuando aquí los únicos enemigos de la paz son los de las FARC: violadores del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, ellos que pretenden -como los jueces colombianos- hacer de las leyes y la constitución un cero a la izquierda y llegar al Congreso de la República de Colombia con dineros provenientes del narcotráfico, la extorsión y el secuestro, entre otros delitos. ¡Tal cual! Y hay más, pues el tiempo que estos burgueses "vengonzantes" se sientan en La Habana a "negociar" siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad por los que pretenden ser indultados...

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